Utopía versus realidad
Si esto que deseo es una utopía, también será una utopía que no haya abortos en el mundo.
Si esto que pido es una utopía es inmoral una ley antiaborto como la propuesta por Gallardón, defendida por Rajoy y bendecida por la Conferencia episcopal.
Si esto que pido es una utopía es inhumano obligar a tener hijos no deseados.
Si esto que pido es una utopía es un atentado a la inteligencia de la mujer obligarla a reflexionar para realizar una interrupción del embarazo.
Si alguien piensa que una mujer no reflexiona sobre ello, y no es una carga que tiene sobre su conciencia durante toda la vida, demuestra que es un gobernante sin sentimientos, sin escrúpulos y sin humanidad, o es un individuo educado en una cultura de la muerte como la generada por el fascismo franquista que les ha hecho ver los asesinatos del régimen como algo inevitable y necesario para la pureza de la raza, en definitiva no entienden que la mujer reflexione sobre su decisión a interrumpir el embarazo porque ellos nunca han reflexionado sobre el genocidio que se cometió en España durante 40 años de dictadura, todavía no han sido capaces de denunciarlo ni de perseguir a los asesinos y torturadores. ¿Qué se puede esperar de seres tan perversos?
Si esto que pido es una utopia, es un crimen contra la humanidad querer que se traigan niños al mundo para ser arrebatados a sus madres y que los disfruten los ricos del mundo, o tener hijos para que sean carne de cañón de la economía mundial que no mira por el bienestar de la humanidad sino por el bienestar de unos pocos elegidos.
Si esto que pido es una utopía es por que no hemos aprendido que el mundo no es un valle de lágrimas como proclaman las religiones genocidas, por que el mundo no puede ser para el regocijo de unos pocos mientras los demás, con cadenas o sin cadenas, somos esclavos de la maldición divina de vivir para el trabajo, en vez de trabajar para poder vivir, por que no hemos aprendido que el mundo es nuestra patria y nuestra familia la humanidad, el día que entendamos esto no legislaremos contra el aborto porque habremos abortado la injusticia del mundo.
Si hay libertad para vivir, si hay libertad s*xual es una aberración que se castre a las mujeres en su capacidad de saber cuando deben ser madres y cuando no.
Seguro que si los hombres pariésemos habríamos instituido el aborto como una ley divina y habría estado escrita en todos los libros sagrados del mundo.
La Ley antiaborto es la demostración de que en España todavía siguen en las conciencias los tribunales de la “Santa” Inquisición que condenaban a las mujeres acusándolas de brujas, porque quienes juzgaban no entendían la naturaleza de la mujer por ser hombres que se guiaban por un dogma religioso creado por hombres, hoy se siguen haciendo leyes al antojo de hombres que se guían por el mismo dogma.
Ante todo esto cabe preguntarse que harán los médicos, ¿practicarán la objeción de conciencia a la nueva ley como presión ante su incongruencia? Me gustaría saber si constituyen en una gran marea de defensores de la libertad de las mujeres a poder decidir sobre sus cuerpos y sus vidas o se convertirán en meros espectadores que favorecerán, con su silencio que una ley castrante se implante sin más.
Si las mujeres son las que paren son ellas quienes tendrán la última palabra, lo contrario es dejarles como personas de segunda categoría, que no tienen la misma libertad que el resto de individuos (los hombres) ya que si estos pueden decidir sobre como vivir su vida, las mujeres deben tener el mismo derecho.
Grupo Libertad
Publicado en el número 308 del periódico anarquista Tierra y libertad (marzo de 2014)
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